- El aumento de peso del bebé y de la madre.
- La acción de las hormonas propias de la gestación.
- El aumento de volumen del útero dentro del abdomen que desplaza los órganos internos hacia la parte superior y hacia atrás, comprimiendo ramificaciones nerviosas, como el ciático.
- Las mujeres más propensas a sufrir este trastorno son aquellas que ya lo han padecido en embarazos anteriores o las que presentan alguna patología en su columna vertebral, por ejemplo, escoliosis.
- Pricipalmente, las posturas que va tomando la mamá por el crecimiento del niño dentro del útero (el aumento de la curvatura lumbar produce tensión en la musculatura paravertebral). La posición del útero y el bebé hacen que la madre necesite mantener el equilibrio, adoptando nuevas posiciones al estar de pie, que no siempre son las correctas.
Dolor constante en la zona lumbar, que puede irradiarse hacia los glúteos o los muslos (e incluso a lo largo de la pierna y puede llegar a afectar la parte posterior de la rodilla, el talón y el pie) y que puede aumentar de intensidad con el correr de las horas. Esta dolencia puede ser bastante profunda al despertar, si se ha tenido una mala postura al dormir.
- Utilizar calzado de taco bajo ayuda a mantener una buena postura (los zapatos chatos y los de taco alto, son perjudiciales).
- A la hora de dormir, tratar de hacerlo de costado. Es importante colocar las almohadas necesarias entre las piernas, para nivelar la postura. Esta posición es sumamente relajante.
- Hacer ejercicio para tonificar la espalda y el cuerpo en general, como yoga o pilates, pueden ayudarte.
Si el dolor persiste, no dudes en consultar con tu médico.