Este cuadro de vómitos y náuseas es normal. Estos vómitos tienen origen alimenticio y siguen a las náuseas. Ciertos alimentos u olores, pueden desencadenar su aparición y son mucho más habituales durante el primer trimestre del embarazo, generalmente por las mañanas.
• Comer despacio, masticando bien los alimentos.
• Realizar 5 ó 6 comidas al día, con pequeñas porciones.
• Evitar los alimentos ricos en grasas y/o picantes.
• Consumir arroz, pastas, pan; carnes, pescados, huevos; frutas y verduras.
• Ingerir alimentos cocinados al vapor, a la plancha o al horno.
• En general, los alimentos fríos o a temperatura ambiente son mejores que los alimentos muy calientes. Los sólidos sientan mejor que los líquidos.
• Si las náuseas se presentan a la mañana, al despertar, comer algún alimento sólido antes de levantarse de la cama (galletitas de agua, galletas marineras, galletas de arroz). Dejar preparada esta colación desde la noche anterior en la mesita de luz.
• Beber líquido entre horas y de a sorbitos.
• Alejarse de los olores fuertes y/o desagradables.
• Los vómitos y las náuseas producen fatiga, es necesario hacer reposo físico y mental.
Aquí las náuseas son muy intensas y los vómitos, incontenibles, excesivos y persistentes. Pueden producir una pérdida de peso sumamente importante, así como otras alteraciones de gravedad (como la deshidratación). La paciente tiene intolerancia parcial o total a la ingesta y puede requerir tratamiento farmacológico y reposición hidroelectrolítica.
La evolución de este cuadro es progresiva. El diagnóstico se realiza en base a síntomas, pruebas de laboratorio y examen físico. Los síntomas son muy característicos y algunas veces invalidantes.
Pueden ser:
- Náuseas severas, especialmente después del primer trimestre.
- Vómitos constantes y excesivos (se considera excesivo cuando ocurre más de tres o cuatro veces al día).
- Vómitos no relacionados con la ingesta.
- Pérdida de peso mayor a 2 kg en un lapso de una a dos semanas.
- Cuando los vómitos persisten, pueden comenzar los signos de deshidratación:
- Sequedad de la piel, ojos hundidos, mucosas y labios secos.
- Aturdimiento o desmayo.
- Disminución en la cantidad de orina.
- Palidez en la piel.
- Aumento de la frecuencia del pulso.
- Disminución de la presión arterial.